Un olor fétido llevó a descubrir dos cuerpos que fueron arrojados a un pozo de agua en la región de Huejotzingo, donde autoridades se dieron cita para investigar los hechos.
La tarde del lunes aproximadamente a las 18:00 horas, al número de emergencias 911 entró una llamada de auxilio en la que se informó sobre un fuerte olor fétido que provenía de un pozo de más de 30 metros de profundidad en la colonia Tomalintla, en los límites de San Juan Pancoac y Huejotzingo.
Policías municipales, estatales y bomberos del Centro de Operación y Emergencias (COPEM) se movilizaron a la zona, donde los dueños del predio indicaron que el pozo de agua ya no contaba con la cadena con la que lo tenían cerrado, pero en esta ocasión estaba abierto y presentaba algunas manchas de sangre.
Ante esto, varias personas se acercaron a este sitio y lograron ver que al fondo del pozo se encentraba una bolsa de plástico y lo que parecía ser un cuerpo humano sin vida, por lo que dieron aviso de inmediato al número de emergencia 911.
El primer cuerpo sin vida se encontraba envuelto en una bolsa de plástico negro con cal y presentaba signos de extrema violencia, mientras que el segundo presentaba señales de tortura y violencia física, además de que de manera extraoficial se sabe que estaba decapitado.

Tras las revisiones correspondientes de los cuerpos de auxilio, se descubrió que había un cuerpo humano cubierto con cal y tras una segunda revisión, los elementos de ayuda encontraron un segundo cuerpo pero dentro de una bolsa de plástico color negro.
La zona fue acordonada y se dio parte a la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE) quien envió a peritos y agentes ministeriales para las diligencias del levantamiento de cadáver.
Los restos fueron llevados a la morgue con el objetivo de establecer el sexo de las víctimas y la causa de muerte. En tanto, la Fiscalía de Puebla dio inicio a la respectiva carpeta de investigación para esclarecer los hechos y determinar el móvil de este doble asesinato.