En México, este domingo 31 de octubre termina el horario de verano, dando paso al de invierno.
El nuevo horario comienza a las 02:00 de la madrugada, por lo que las autoridades recomiendan retrasar una hora las manecillas del reloj desde la noche de este sábado, antes de irse a dormir. No obstante, la mayoría de dispositivos tecnológicos realiza la modificación de forma automática.
El cambio entrará en vigor en todo el territorio nacional, con excepción de los estados de Sonora y Quintana Roo. Sin embargo, 33 municipios fronterizos del norte de México iniciarán una semana más tarde, el domingo 7 de noviembre, ya que es la fecha en la que comienza el horario de invierno en EEUU.
Las localidades que se sincronizarán con el país vecino hasta la siguiente semana son Tijuana, Mexicali, Ensenada, Playa Rosarito y Tecate, en Baja California; Juárez, Ojinaga, Ascensión, Coyame del Soto, Guadalupe, Janos, Manuel Benavides y Praxedis G. Guerrero, en Chihuahua; Acuña, Piedras Negras, Guerrero, Hidalgo, Jiménez, Zaragoza, Nava y Ocampo, en Coahuila.
También Anáhuac y Los Aldama, en Nuevo León; y Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Camargo, Guerrero, Gustavo Díaz Ordaz, Mier, Miguel Alemán, Río Bravo y Valle Hermoso, en Tamaulipas.
Con el horario de invierno, los días serán más cortos y anochecerá antes.
Esta modificación implementada por las autoridades, comenzó en 1996 con el argumento de ahorrar más energía y aprovechar la luz del día. Sin embargo, desde un inicio la medida ha sido altamente cuestionada, especialmente en los últimos años. Y es que algunos organismos e instituciones han demostrado que puede producir estrés.
De acuerdo con la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las modificaciones horarias afectan al rendimiento físico, emocional e intelectual de las personas.
En los niños, puede alterar su ciclo de sueño y la necesidad de ingerir alimentos, mientras que en las personas mayores también puede alterar su descanso y provocar episodios de ansiedad e insomnio.
En marzo de 2020, justo con la irrupción de la pandemia de COVID-19, diputados del Partido de la Revolución Democrática (PRD) instaron entonces al presidente Andrés Manuel López Obrador a eliminar o suspender el horario de verano, para no generar más situaciones de ansiedad y estrés.
El mandatario exhortó entonces a la Secretaría de Energía a realizar un informe en el que detallarán cuánto ahorra la población gracias a esta modificación. Finalmente, se decidió mantener el horario estival, con excepción de Sonora y Quintana Roo.
En el caso del estado fronterizo de Sonora, el motivo es económico, ya que el gobierno de la entidad acordó en 2016 con el ejecutivo de Arizona la creación de una región comercial para impulsar el crecimiento mutuo. En consecuencia, ambos estados decidieron equiparar sus horarios.
En cuanto a Quintana Roo, desde el 2015 la entidad del sureste mexicano adoptó el uso horario del 75 oeste, una hora más respecto al centro del país, y misma que Nueva York o la Habana. La decisión obedeció a razones turísticas, ya que se pretendía garantizar a los viajeros una hora más de sol durante todo el año.