En Puebla, se registró una inflación del 8.64%, la cual puso al estado por arriba de la media nacional. Pero el problema estriba en que, debido a la inflación, se sigue incrementando el precio de los alimentos, aumentos sensibles en el precio del huevo y del pollo, dos de los principales productos que forman parte de la canasta básica, manifestó Gutiérrez Barrón.
Indicó que la inflación es un aspecto que afecta a los sectores más desprotegidos y débiles, a los sectores de menos ingresos y presenta un efecto todavía mayor porque origina un impacto y un costo social debido a las características que tiene el mercado laboral. Tenemos un mercado laboral muy frágil y de ahí que la inflación afecte de manera importante a los trabajadores.
De acuerdo a datos del INEGI, actualmente es necesario ganar tres salarios mínimos para poder comprar una canasta básica. Un segundo dato significativo es que cerca de 7 millones de mexicanos reciben cuando mucho un salario mínimo; y otros 3 millones no reciben ninguna remuneración y esto explica por qué 11 millones de trabajadores o personas, viven en pobreza extrema.
Marcos Gutiérrez expresó que más del 58% de las personas ocupadas están vinculadas con la informalidad, carecen de prestaciones sociales, 30 millones de trabajadores carecen de estas prestaciones a pesar de que existe un marco laboral y social vigente.
Agregó que cerca de 14 millones de trabajadores no tienen un contrato por escrito, situación que hace muy vulnerable y que sean desprendidos del trabajo sin que reciban ningún tipo de remuneración. Por eso, al tener este mercado laboral tan frágil, los aumentos en los precios afectan tanto y generan pocos beneficios para las personas.