Puebla, Pue.- En un contexto marcado por los estragos de la pandemia que ha dejado profundas huellas en diversos ámbitos de la sociedad, uno de los grupos más vulnerables y afectados ha sido la población adulta mayor. El proceso de sanación de estas heridas y la gradual reincorporación a la vida social son cuestiones cruciales que merecen un análisis detallado.
Las consecuencias no se limitan a un solo aspecto, sino que abarcan una combinación de impactos en cuatro esferas fundamentales: lo social, lo demográfico, la salud física y la salud mental. La Dra. Mercedes Paola Dehesa Isidoro, médica geriatra de la Facultad de Medicina de la UPAEP, arroja luz sobre la situación.
En el más reciente informe correspondiente a 2023, se registra una población de 10 millones 939 mil 569 adultos mayores en la república mexicana. La Dra. Dehesa destaca que, si bien la pandemia afectó a todas las franjas etarias, la población geriátrica ha experimentado cambios demográficos notables, en parte debido a la disminución de nacimientos en décadas previas.
Un aspecto importante resaltado por la académica es la dimensión de género en esta población. Del total, un 55% corresponde a mujeres (equivalente a 6 millones 011 mil 402) y el 45% restante son hombres (equivalente a 4 millones 928 mil 167). Esto subraya la necesidad de enfoques diferenciados en las políticas y medidas dirigidas a la población adulta mayor.
La Dra. Dehesa hace hincapié en que, a pesar de los obstáculos y la disminución en la cantidad de personas mayores, la brecha entre este grupo y los jóvenes seguirá ampliándose en los años venideros. Los pronósticos indican un aumento considerable en la cantidad de adultos mayores en comparación con la población infantil. Esta tendencia señala la importancia de implementar estrategias que atiendan de manera adecuada las necesidades y demandas de este grupo etario en constante crecimiento.
La recuperación y reincorporación social de la población adulta mayor representa un desafío multidimensional que requiere la atención de gobiernos, instituciones y la sociedad en su conjunto. La comprensión de los impactos y la consideración de las tendencias demográficas son pasos fundamentales hacia la construcción de una respuesta integral y sensible a las necesidades de este segmento poblacional que merece un trato justo y respetuoso.